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sábado, 2 de junio de 2012

ENTREVISTA REVISTA STATUS #12

Esta fue la entrevista para la Revista Status, de Global Impro (Argentina) y se puede ver y solicitar en http://www.facebook.com/pages/Status-Revista-de-Impro/246030128757282

- ¿Cómo conociste la impro?
R/ Hace doce años Rigoberto Giraldo, Gigio en el mundo de la Impro, llegó de Italia a dictar un taller de improvisación en la Facultad de Artes donde yo estudiaba teatro en Medellín. Unas treinta personas hicimos el taller, pero luego, por una selección natural, como doce de nosotros seguimos entrenando unos meses con él. Hasta que conocimos a los Sucesos Argentinos, ellos llegaron y nos dieron un intenso entrenamiento que luego se prolongó con Omar Argentino Galván, quien comenzó su Improtour con nosotros en Colombia. Los otros Sucesos se devolvieron para Buenos Aires, Omar se quedó entrenándonos. Pero antes de esto nos dejaron unos dólares y la motivación de seguir trabajando, así nació Acción Impro y así conocí la Impro.


- ¿Con qué docentes te formaste?
R/ En la Impro la formación fue básicamente con Gigio, los Sucesos y Omar Argentino, además por supuesto de los encuentros e intercambios con otras compañías iberoamericanas. En teatro me formé como maestro en arte dramático en la Universidad de Antioquia y justo ahora estoy a punto de terminar una maestría en Dirección y Dramaturgia que he encaminado a la Impro, con maestros como Jorge Eines, Jorge Dubatti, José Sanchis, Arístides Vargas, entre otros.

- ¿Cuál fue tu primera función? ¿Cómo fue?
R/ Mi memoria es patética, pero haciendo un esfuerzo creo que la primera función fue una que hicimos para recoger fondos para traer a Sucesos Argentinos a Colombia. Era en una cafetería al aire libre en mi universidad, estábamos acompañados por Pipe y Beto de La Gata Impro, la gente llegaba y veía lo que hacíamos y luego nos daba plata voluntariamente o seguían su camino. Ahí me di cuenta de que esto era algo diferente al teatro convencional porque la gente no paraba de reír y cada vez el tumulto era más grande.

- ¿Cuáles son tus objetivos como improvisador?
R/ Afortunadamente eso es algo que cambia constantemente. Justo ahora mi objetivo más grande es profundizar en la dramaturgia del actor, pero no vista como la construcción de grandes historias que muestran la agilidad del improvisador, sino como la construcción de un discurso que se sirva más de los códigos teatrales al servicio de la improvisación. Quiero acercar más estos dos lenguajes, que la Impro sea vista como una poética teatral y no como un lenguaje ajeno al texto dramático. Por ejemplo ahora estoy realizando una investigación llamada Dramaturgia Compartida, se trata de una obra de teatro de autor, escrita por mí, con escenas vacías con ciertos protocolos o cannovacios, para ser llenadas a través de improvisaciones frente al público, es decir, Impro y teatro en una misma pieza.

- ¿Cómo utilizas tus estudios en Dramaturgia dentro de la impro?
R/ Tomo ejercicios dramatúrgicos que están diseñados para escribir teatro y los llevo directamente a la escena a través de la dramaturgia del actor, esta experimentación ha arrojado cosas increíbles, me he dado cuenta de que el improvisador puede generar discursos más poéticos, que se separan de la construcción de escenas tan literales a las que la Impro nos tiene acostumbrados, que la acción dramática no siempre avanza por la creación o la unión de muchas situaciones sino por la implicación del improvisador. El sólo hecho de tener un súper objetivo, es decir, de hablar a través de una posición política, social, religiosa, personal, etc. hace que la historia que se pretende contar surja con más fuerza y fundamentos, incluso permite crear nuevas formas de contar esa historia.

- ¿Con qué parte de la técnica de impro te sentís más identificado?
R/ Siempre me he identificado con la creación de personajes. La técnica en sí me gusta mucho: la espontaneidad, el trabajo en equipo, la escucha, todo lo que ella plantea me parece importante y vital en la formación del actor. Pero debo ser consecuente con lo que estoy haciendo ahora, la dramaturgia improvisada sin duda es lo que más me trasnocha, eso me tiene un poco alejado de la técnica porque me parece pertinente trabajar a partir de los códigos teatrales, es la única forma de trascender la Impro hacia lo que tengo en mi cabeza y hacia lo que estoy escribiendo.

- ¿Cómo fue la experiencia de improvisar en TV?
R/ Interesante, bonita, difícil, emocionante, crítica y muy efímera. Yo era el director artístico de Los Impredecibles, fui yo el que llegó de Brasil con la terca idea de ir a la televisión, entonces tengo todavía el recuerdo pegado a la piel, ya no me perturba, pero antes sí. El que Behrens estuviera en la competencia con un programa del mismo formato, la poca inversión del canal que nos apoyó, el despliegue exagerado de publicidad y el público colombiano, no ayudaron en nada para que el programa saliera adelante. Por otro lado improvisar en la televisión brasilera como invitado en É Tudo Improviso y hacer parte del fenómeno de Barbixas de Humor en YouTube, fue y es una experiencia increíble, tal y como me la soñaba en mi país. Pero bueno, la vida es como la Impro, las cosas no siempre salen como uno se las imagina. 

- ¿En qué espectáculo (de otra compañía) te gustaría actuar?
R/ Actuar en espectáculos de otras compañías es algo que realmente disfruto mucho. Ya lo he hecho en varias ocasiones con Jogando No Quintal y Barbixas en Brasil. Pero me gustaría hacer Humor Mierda con Complot Escena de México, Corten con Impromadrid de España y Sobre Nos con Uma Companhia de Brasil. También disfrutaría mucho actuar en algún espectáculo con improvisadores como Hugo Avilés en Ecuador, o Hacho Badaracco, Marcelo Savignone y Global Impro en Argentina.

- ¿Como ves a la impro latinoamericana dentro de 10 años?
R/ Realizar mi trabajo de investigación sobre Dramaturgia Compartida, me ha obligado a indagar en el estado de la Impro. En este momento Latinoamérica tiene la pelota en su poder. El tipo de pesquisa que se está llevando a cabo en este lado del planeta es realmente importante para el teatro de improvisación. Me parece que si seguimos así, en 10 años seremos la potencia mundial de la Impro. Yo estoy convencido de que la Impro, a pesar de tener un antecedente histórico tan grande, es una poética muy nueva, que le falta mucho camino por recorrer y los latinoamericanos encontramos un buen medio de transporte para llegar a lugares desconocidos y muy, muy interesantes.

sábado, 12 de mayo de 2012

LA ESPERA

Ejercicio dramatúrgico de coralidad contemporánea

Personajes coreutas
Asesino: Un hombre gordo y velludo que suda mucho
Tía: una mujer alta y elegante
Enfermo: un tipo joven, calvo y pálido
Monja: una mujer joven, y reservada, bonita, de estatura baja
Desplazada: una mujer negra, de pelo corto
Sacerdote: un hombre con bigote

Corifeo
Niño: un niño de 7 años

ESCENA
1.
(Están todos en diferentes lugares de una funeraria pequeña, algunos están sentados en el suelo, otros en sillas y uno que otro permanece parado)

ASESINO. Es tarde
NIÑO. Tengo hambre (Bosteza)
TÍA. Yo también
DESPLAZADA. Es tarde
ENFERMO. Tengo hambre (Bosteza)
MONJA. Tengo hambre (Bosteza)
SACERDOTE. Dios te salve María llena eres de gracia
TÍA. Porque eres muy graciosa (Silencio)
SACERDOTE. Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino
DESPLAZADA. Pero venga con comida (Silencio)
NIÑO. Tengo hambre (Bosteza)
SACERDOTE. Danos hoy nuestro pan de cada día
MONJA. Con huevo y arroz (Ella se ríe, todos la miran)
SACERDOTE. Perdona nuestras ofensas como también nosotros personamos a los que nos ofenden
DESPLAZADA. Es tarde
SACERDOTE. No nos dejes caer en la tentación y…
NIÑO. Tengo hambre (Pausa)
ASESINO. Yo…
MONJA. No quiero…
ENFERMO. Esperar más… (Silencio)
TÍA. ¿Qué día es hoy?
MONJA. ¿Otra vez?
ASESINO. Es el mismo día
DESPLAZADA. ¿El mismo qué?
NIÑO. Tengo hambre (Bosteza. Silencio)
ASESINO. ¿Qué?
TÍA. Cuándo
ENFERMO. Dónde
MONJA. Cómo
DESPLAZADA. Dame
NIÑO. Tengo hambre (Silencio)
SACERDOTE. (Fuerte)  ¡No más! (Todos lo callan con un shhh. Silencio)
ENFERMO. Nada
TÍA. Nada
DESPLAZADA. Nada
MONJA. Nada
ASESINO. Nada
SACERDOTE. Nada
NIÑO. Tengo hambre
SACERDOTE. (Fuerte)  ¡No más! (Todos lo callan con un shhh. Silencio)

(El niño comienza a tararear una canción, poco a poco los demás personajes siguen la melodía en voz baja, de pronto él para y los demás continúan, habla sobre la melodía)

NIÑO. ¿Entonces no voy a crecer? ¿No me van a hacer más falta mis papás? ¿No me voy a enamorar? ¿Qué es eso? ¿Por qué no puedo ver películas después de las nueve? ¿Nunca me voy a dormir tarde? ¿No voy a volver a jugar? ¿Y mis amigos por qué no están aquí? ¿Por qué son todos grandes? ¿Cuánto tiempo más tenemos que estar aquí? ¿Alguien quiere regañarme? ¿A dónde vamos? ¿Por qué hay tantos cajones? ¿Hay gente adentro? ¿Están vacíos? ¿Es por la guerra? ¿Es porque Dios quiere? ¿Nos obligan? ¿Podemos salir? ¿Es por el hambre? tengo hambre.

DESPLAZADA. Es tarde

NIÑO. No soy bueno para las matemáticas, la profesora dice que no soy bueno para las matemáticas, pero yo no soy bueno para nada ¿Voy a tener tiempo de aprender? ¿A dónde vamos? ¿Nos vamos a demorar? ¿Por qué no viene el señor de la funeraria? ¿Dónde está el señor de la funeraria? ¿Nos vamos a morir? (Todos lo callan con un shhhh)

MONJA. No se habla
DESPLAZADA. No se dice
TIA. No se piensa
ENFERMO. Se espera
ASESINO. Se desea
NIÑO. ¿Dónde está el señor de la funeraria?
SACERDOTE. Gloria al padre al hijo y al espíritu santo
ASESINO. El señor de la funeraria se llama Caronte
NIÑO. ¿Nos vamos a morir?
ENFERMO. Yo sí, estoy enfermo, que venga Caronte
NIÑO. ¿Nos vamos a morir?
DESPLAZADA. Yo ya no tengo nada, ni a nadie, me quiero morir ¿Dónde está  Caronte?
NIÑO. Tengo hambre
ASESINO. Yo me lo merezco, muchos han muerto por mi culpa
DESPLAZADA. ¿Qué pasa que no llega?
NIÑO. ¿El señor de la funeraria?
MONJA. Caronte
NIÑO. ¿Va a traer comida?
SACERDOTE. Creo en Dios padre todo poderoso creador del cielo y de la tierra
TIA. Yo soy voluntaria
MONJA. Yo quiero estar a los pies del señor
NIÑO. ¿Y dónde está el señor de la funeraria?

(Todos, menos el niño, comienzan a buscar a Caronte dentro de los ataúdes, afuera, en todas partes)

DESPLAZADA. Caronte
NIÑO. Vámonos
ASESINO. Caronte
NIÑO. No nos muramos
TIA. Caronte
NIÑO. ¿Sus papás no se enojan?
ENFERMO. Caronte
NIÑO. ¿No tienen papás?
SACERDOTE. Caronte
NIÑO. ¿Nadie más tiene hambre?
MONJA. Caronte
NIÑO. ¿Nos vamos a morir?
DESPLAZADA. Caronte
NIÑO. Vámonos antes de que llegue
TIA. Caronte
NIÑO. Juguemos
DESPLAZADA. Caronte
NIÑO. ¿Alguien me quiere regañar?
MONJA. Caronte
NIÑO. Tengo hambre
ASESINO. Caronte
NIÑO. ¿Y si no viene?
ENFERMO. Caronte

NIÑO. Caronte (Silencio. La monja comienza a cantar nuevamente la melodía en voz baja, el niño habla sobre la voz que canta, cada que alguien habla lo hace sobre el mismo colchón melódico) Yo no me quiero morir

TIA. Todos nos tenemos que morir
ASESINO. Escoger los ataúdes
TIA. La mejor pinta
TÍA. Una velación digna
DESPLAZADA. Preparamos todo para Caronte
TÍA. Él nos dará el mejor cajón
MONJA. El más digno
TÍA. El más bonito
ENFERMO. El más cómodo
ASESINO. ¿Qué pasa que no llega?
NIÑO. Yo quiero crecer
DESPLAZADA. No tienes futuro
NIÑO. Casi no tengo pasado
SACERDOTE. (Es el único que ha estado atento a la única salida que hay) Ya viene (Todos ansiosos menos el niño)
TIA. Ya viene
ENFERMO. Caronte
DESPLAZADA. Ya viene
TIA. Caronte
NIÑO. La muerte
ASESINO. (Abraza un cajón) Este es mi cajón
MONJA. (Se sienta en un cajón) Este es el mío
NIÑO. Es tarde
TIA. (Toca un cajón) ya tengo el mío
ENFERMO. (Se mete en un cajón) me gusta este
NIÑO. Los van a regañar
ENFERMO. Se siente cómodo
DESPLAZADA. (Se mete en un cajón) yo me conformo con este
SACERDOTE. Ya viene (Se mete en un cajón. Los demás que no han entrado se meten también en que eligieron) rápido niño
NIÑO. No me quiero morir
TIA. No hay que querer morirse, sólo hay que morirse
ENFERMO. Hay que prepararse
ASESINO. Escoger los ataúdes
TIA. La mejor pinta
MONJA. Una velación digna
DESPLAZADA. Ya viene Caronte
SACERDOTE. Que Dios nos coja confesados (Todos comienzan a cantar la canción que antes el niño cantó, todos menos él que se queda mirando la puerta, esperando a Caronte) Rápido niño
NIÑO. No quiero
SACERDOTE. No sabes nada de la vida (Sale rápidamente de su cajón, toma al niño a la fuerza y lo mete en un cajón, lo cierra y regresa a su cajón)  

Llega Caronte montado en una moto Pulsar 220 sport. Es un hombre delgado, de estatura promedio, está vestido de pantalón a cuadros y camisa oscura por dentro, lleva una chaqueta de cuero ceñida al cuerpo. Se baja de la moto. Todos los otros personajes están dentro de los cajones, hablan palabras que no se entienden y que reclaman la demora de CARONTE, de pronto él levanta un cajón y se escucha lo que viene hablando alguien, lo cierra pero el personaje sigue hablando, entonces abre otro y otro, esta dinámica se repite con todos, cada que abre se escuchan las siguientes frases y en el siguiente orden:

TÍA. …esperar toda la vida, yo tenía muchas cosas por hacer pero como uno no…
DESPLAZADA. …nos sacaron a las malas, violaron a mi hijo menor, mataron a…
ENFERMO. … peor el sufrimiento de mi familia que el mío propio, ¿O cree que es muy fácil ver cómo se le cae a uno el pelo, la esperanza, el…
SACERDOTE. … por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…
ASESINO. … te meto un tiro en la cabeza maricón, yo ya perdí el respeto por la vida, yo no necesito que me dejen…
MONJA. … pido por favor, hágalo por mí, yo me no lo merezco pero puedo hacer un sacri…
(Abre el ataúd donde está en niño, pero éste es el único que no está hablando. CARONTE lo deja abierto, se miran a los ojos durante varios segundos, de fondo siguen las voces inentendibles de los demás)

CARONTE. ¿Qué quieres?
NIÑO. ¿Usted es el señor de la funeraria?
CARONTE. ¿Qué quieres?
NIÑO. Estoy cansado
CARONTE. Pero sólo eres un niño
NIÑO.Tengo hambre
CARONTE. Esto es una funeraria no un restaurante
TÍA. (Abre el cajón y habla) es el infierno, hace un calor terrible, yo me quiero llevar este, es el que más me gusta, me siento cómoda, a la moda, todos van a decir “Qué cajón más lindo ¿Dónde lo compraste?” 

(Caronte cierra el cajón, coge unos clavos y comienza a clavar, ella sigue hablando hasta volverse imperceptible)

NIÑO. No haga eso señor
CARONTE. ¿Dónde está tu mamá?
NIÑO. En el cielo
ENFERMO. (Abre el cajón y habla) yo soy una buena persona, voy directo al cielo, no pienso parar a descansar, ni el purgatorio, ni en el limbo, ya estoy pagando todo en vida, ya escogí mi cajón, yo me merezco… (Caronte cierra el cajón, coge unos clavos y comienza a clavar, él sigue hablando hasta volverse imperceptible)

NIÑO. Se van a ahogar
CARONTE. Ya están ahogados
NIÑO. ¿Se demora mucho?
CARONTE. No
NIÑO. ¿Por qué no les da los cajones y ya?
DESPLAZADA. (Abre el cajón y habla) ¿Por qué yo no tengo el mismo derecho que todos? ¿Por pobre? ¿Acaso escogí nacer en una finca, que acribillaran y torturaran a mis… (Caronte cierra el cajón, coge unos clavos y comienza a clavar, ella sigue hablando hasta volverse imperceptible)

ASESINO. (Abre el cajón y habla) cómo no va a ser más fácil ser víctima que verdugo, a mi no me importa podrirme en el infierno, a mi lo único que me importa… (Caronte  cierra el cajón, coge unos clavos y comienza a clavar, él sigue hablando hasta volverse imperceptible)

CARONTE. Vete
NIÑO. No sé a dónde ir
CARONTE. Es tarde
NIÑO. Déjelos salir
CARONTE. No
MONJA y SACERDOTE. (Abren cada uno su cajón y hablan al tiempo) A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ea pues (Caronte cierra el cajón de la monja, coge unos clavos y comienza a clavar, ella sigue hablando hasta volverse imperceptible)

SACERDOTE. Señora abogada nuestra, ruega por nosotros tus hijos misericordiosos… (Caronte  cierra el cajón, coge unos clavos y comienza a clavar, él sigue hablando hasta volverse imperceptible)
NIÑO. (Se pone a llorar ingenuamente y asustado por lo que está pasando) yo no me quiero morir

CARONTE. Casi nadie se quiere morir, yo tampoco, pero todos tenemos que hacerlo. Es bueno que lo vayas aprendiendo. No me mires así, no me tengas miedo, yo no soy la muerte, simplemente soy un vendedor de cajones para la muerte. Durante muchos años me ha tocado ver las lágrimas de la gente, no me culpes niño, no soy insensible, es sólo que uno se acostumbra, la gente se acostumbra a todo, a mí me tocó ver la muerte a los ojos desde niño. Estaba como tú cuando me tocó asistir a mi primer velorio, fue el de mi papá, yo no sé si él está en el cielo, ni siquiera sé si el cielo existe, ni siquiera me acuerdo de él. Qué más da. No tengas miedo niño, yo no tengo miedo, se me olvidó lo que es eso, tanto dolor cada semana, cada viernes y cada domingo, tanto temor ajeno cada martes y cada miércoles, tantos gritos que no me pertenecen, cada festivo, cada noche, cada día de mi vida viendo, viviendo el sufrimiento de los demás ¿Y el mío qué? ¿Quién ve mi sufrimiento? Todo eso se queda encerrado aquí (Pausa)
¿A quién le toca dormir con esto? A mí niño, a mí. Soy yo el que escucha el llanto de la gente, el miedo de la gente. No soy un insensible, yo también lloro, yo me masturbo, yo veo televisión como todo el mundo, yo sueño, soy feliz cuando voy en mi moto y siento el viento que me pega en la cara, eso me hace sentir vivo, no me culpes niño, simplemente me acostumbré. Yo no soy la muerte, solo soy un vendedor de cajones. (Pausa)
Siempre he querido enamorarme, pero no puedo, nadie quiere estar con un funerario, he soñado muchas veces con viajar, pero no puedo, mientras allá muertos el negocio no se cierra. Y estamos en una época con mucho trabajo, la gente se sigue matando, se enferma, se le acaban las ganas de vivir, no sé qué está pasando. Deberían comprarse una moto. No me culpes niño. Hoy en día la gente se quiere morir antes de que la muerte venga por ellos. Míralos, están ahí, soñando con no estar ahí, pero están ahí metidos, yo les estoy haciendo un favor, no me culpes, agradéceme.

NIÑO. Pero usted los puede convencer
CARONTE. No vale la pena
NIÑO. Usted no tiene miedo, ellos sí
CARONTE. Se quieren morir
NIÑO. Los quiere matar
CARONTE. No soy un asesino
NIÑO. Es el dueño de los cajones
CARONTE. Sólo son cajones
NIÑO. Pero uno no puede vivir en un cajón
CARONTE. Porque son para cuando uno se muera
NIÑO. No se los de
CARONTE. Me los compran
NIÑO.  No se los venda
CARONTE. ¿Y de qué vivo?
NIÑO. De la vida
CARONTE. Tú no sabes lo que es la vida
NIÑO. Pero quiero aprender
CARONTE. Tú eres un niño
NIÑO. Yo sé
CARONTE. No es lo mismo
NIÑO. Ellos no tienen la culpa
CARONTE. Yo tampoco
NIÑO. Convénzalos
CARONTE. ¿Qué gano con eso?
NIÑO. Que se acabe
CARONTE. ¿La espera?
NIÑO. El miedo
CARONTE. Nunca se acaba
(El niño comienza a sacar los clavos del cajón del Asesino con el martillo que CARONTE dejó puesto encima de alguno de los ataúdes)
CARONTE. ¿Qué haces?
NIÑO. Tengo miedo
CARONTE. Deja eso
NIÑO. No quiero
CARONTE. Te voy a dar una pela
NIÑO. Usted no es mi papá
CARONTE. No me hagas enojar
NIÑO. Usted no es malo
CARONTE. Soy peor de lo que te imaginas, deja eso
NIÑO. No
CARONTE. O lo dejas o te pego
NIÑO. Pégueme entonces
CARONTE. Te lo advertí culicagao (Se deja ir hacia el niño como para darle un golpe, en ese momento sale el Asesino del cajón y lo detiene)

ASESINO. ¿Qué cree que está haciendo? ¿No ve que es un niño?
CARONTE. Mira quién habla
ASESINO. Usted no es CARONTE
NIÑO. Tengo hambre
CARONTE. Claro que soy CARONTE
ASESINO. ¿Y qué es esto? (Le muestra una hoja de papel membreteado. Mientras tanto el niño está abriendo el cajón de la desplazada)
CARONTE. Es mío, démelo
ASESINO. Mentiroso
CARONTE. No se atreva
ASESINO. (Amenazante) ¿Qué va a hacer?
CARONTE. Démelo
ASESINO. Usted me da asco
CARONTE. Le doy el cajón que quiera
ASESINO. Ya no me interesa
DESPLAZADA. ¿Por qué me abrieron?
ASESINO. Él no es CARONTE
DESPLAZADA. ¿Qué? (El niño comienza a abrir el cajón de la Tía)
CARONTE. Es un complot
ASESINO. Aquí dice que esta funeraria será liquidada
DESPLAZADA. ¿Liquidada?
ASESINO. Van a construir una escuela. Es un falso
DESPLAZADA. Mentiroso
CARONTE. Pero los cajones…
DESPLAZADA. ¿Nos piensa liquidar?
ASESINO. A todos
DESPLAZADA. No somos objetos
ASESINO.  Somos personas
DESPLAZADA. Unos menos que otros
ASESINO. Pero somos personas
TÍA. ¿Qué pasa?
DESPLAZADA. Es un mentiroso (El asesino le entrega la hoja a la Tía. Mientras tanto el niño abre el cajón de la monja)
CARONTE. Yo soy la muerte
NIÑO. A mí me dijo otra cosa
TÍA. ¿Liquidar?
DESPLAZADA. Van a hacer una escuela
TÍA. ¿Para quién?
DESPLAZADA. Para los ricos, seguro
TÍA. Nos quiere liquidar. Atrevido
CARONTE. Pero son ustedes los que se quieren morir
ASESINO. No es lo mismo
CARONTE. Mira quién habla
TÍA. Yo confié en usted
DESPLAZADA. Yo también
ASESINO. Mentiroso hijueputa
CARONTE. Ustedes no saben quién soy yo
ASESINO. Hay que matarlo
MONJA. ¿Qué pasa?
TÍA. Es un mentiroso (Le entrega la hoja a la Monja. Mientras tanto el niño abre el cajón del enfermo)
CARONTE. Yo no le tengo miedo a la muerte
ASESINO. Mejor
DESPLAZADA. ¿Y ahora qué hacemos?
TÍA. Me siento engañada
CARONTE. De todas maneras se van a morir
TÍA. No merecemos ser liquidados
MONJA. ¿Liquidados?
CARONTE. Es lo mismo
TODOS. No
TÍA. Sería una muerte ilegal
ASESINO. Va a hacer una escuela
MONJA. Virgen santa
CARONTE. Pueden usar los cajones, se los regalo
ASESINO. Mentira
MONJA. Es muy tarde
ASESINO. Hay que matarlo
ENFERMO. ¿Qué está pasando?
MONJA. Es un ilegal (Le entrega la hoja al enfermo. Mientras tanto el niño abre el cajón del sacerdote)
DESPLAZADA. Un mentiroso
ASESINO. Hay que matarlo
NIÑO. No le tiene miedo a la muerte
CARONTE. Yo soy CARONTE
TODOS. Mentira
MONJA. Dios lo perdone
ENFERMO. ¿Nos quiere liquidar?
MONJA. Van a hacer una escuela
DESPLAZADA. De ricos
ENFERMO. Lo dice claramente
TÍA. Qué decepción
DESPLAZADA. ¿Me puedo llevar el cajón?
TODOS. No
CARONTE. (Asustado) Se los regalo
TÍA. Descarado
ASESINO. No nos interesa
TÍA. Esto es una ofensa
DESPLAZADA. Estoy cansada de limosnas
MONJA. Dios lo perdone
SACERDOTE. ¿Estamos muertos?
TODOS. No
SACERDOTE. ¿Qué está pasando?
ENFERMO. Nos engañó (Le entrega la hoja al sacerdote)
MONJA. Es un mentiroso
TÍA. Un ilegal
DESPLAZADA. Estamos en liquidación
ENFERMO. Van a hacer una escuela
DESPLAZADA. De ricos
ASESINO. Hay que matarlo
SACERDOTE. Pero hijos
MONJA. Justicia divina padre
DESPLAZADA. ¿Quién lo mata?
ENFERMO. El asesino
ASESINO. ¿Por qué yo?
TÍA. Por asesino
ASESINO. Que lo haga otro
SACERDOTE. Piénsenlo bien
DESPLAZADA. El cura
SACERDOTE. ¿Y por qué yo?
ENFERMO. Porque usted tiene el perdón de Dios
CARONTE. Negociemos
TODOS. No
SACERDOTE. Que lo haga entonces la monja
MONJA. Pero padre
TÍA. No tiene las agallas
ENFERMO. Yo estoy enfermo, no tengo fuerzas
DESPLAZADA. Yo lo haría pero
TÍA. Usted no, está desplazada
DESPLAZADA. Eso iba a decir
MONJA. ¿Entonces quién?
TÍA. Yo lo hago
MONJA. No sería digno
ENFERMO. No es justo
TÍA. ¿Por qué?
ASESINO. Usted no es nadie
TÍA. Soy una tía
DESPLAZADA. Sin familia no es nadie
TÍA. Mira quién habla
CARONTE. Dejémoslo así, yo me voy
TODOS. No
MONJA. ¿Quién lo mata entonces?
SACERDOTE. ¿Quién?
DESPLAZADA. ¿Quién?
TÍA. ¿Quién?
ASESINO. ¿Quién?
ENFERMO. ¿Quién?

NIÑO. Yo lo mato (Silencio. Todos lo miran atentos. Poco a poco rodean a Caronte que se pierde entre los cuerpos. Él va a comenzar a gritar, el Asesino le tapa la boca con algo, la Tía le amarra las manos con la ayuda de los demás que lo inmovilizan. Comienzan a tararear la misma melodía del inicio. Los diálogos siguientes se dan sobre el colchón melódico)

TÍA. Necesitamos un arma
ASESINO. Un cuchillo
MONJA. Un crucifijo
ENFERMO. Un virus
DESPLAZADA. Una moneda
SACERDOTE. Una oración
NIÑO. La moto (Todos se callan, para la melodía, miran al niño expectantes) se siente vivo en la moto, me lo dijo

(El sacerdote ayuda al niño a montarse en la moto que evidentemente le queda grande, pero esto no impide que el crujido del motor acompañado de una maldad latente que nace del niño, lleven la situación a un clímax patético que se resuelve en el momento en el que el niño pasa la moto por encima de Caronte y lo mata. Cuando esto sucede todos celebran, están felices, satisfechos. Como si fueran animales uno a uno, los coreutas golpean el cuerpo muerto del héroe hasta que comienzan a salir la sangre y los órganos todavía calientes. Mientras los coreutas siguen ensañados contra Caronte, el niño sale al frente con un trozo de algún órgano y se lo come, lo disfruta como si fuera un plato exquisito. Mientras tanto, atrás, los otros personajes meten los restos del cuerpo en uno de los cajones y lo clavan. El asesino y el enfermo, cargan el ataúd con ayuda de la desplazada y la monja. El sacerdote y la tía caminan al frente como en una marcha fúnebre rezando. Todos llevan la boca untada de sangre de Caronte. Salen y queda solo el niño en escena terminando de comer)

NIÑO. (Una vez termina de comer, mirando al público) Recuerdo mi entrada al colegio, mi novia, mi primer problema, mi graduación, mi segunda novia, mi primera vez, mi segundo problema, mi matrimonio, mi segunda vez, cuando me fui de la casa, mi primer trabajo, cuando entré a la universidad, mi tercer problema, mi primera fractura, mi primer divorcio, mi segunda graduación, el cambio de ciudad, mi segundo trabajo, mi segunda fractura, mi tercera vez, mi cuarta vez, recuerdo a mis hijos, mi tercer trabajo, el único ascenso, mi primer viaje, mi cuarto problema, mi primera operación, las preocupaciones, mi tercer amor, mi quinta vez, mi sexta vez, mi primer hijo, mi único carro, mi segundo hijo, mi quinto problema, recuerdo  mis nietos, mi jubilación, mi próstata enferma, mi segunda operación, la muerte de mis padres, el primer dolor, el segundo, el quinto, mi décima vez, ya perdí la cuenta, perdí la memoria, estoy viejo, solo, pensionado, liquidado, en un asilo, me olvidaron mis hijos, me olvidé de mí mismo, tengo el colon inflamado, ya no puedo leer, no recuerdo nada, tengo hambre, me quiero morir (Se apaga la luz)

Fin.


miércoles, 25 de abril de 2012

AQUÍ Y ALLÁ


En qué momento un encuentro te cambia la vida? Yo podría responder esto. En el justo momento en el que dos almas viejas se reconocen, y tengo todo el criterio para ser romántico en lo que les voy a contar. Hace seis años viajé a Brasil con mi compañía, acción impro de Colombia, con la única pretensión de pasarla bien. Se trataba de un viaje corto de quince días antes de irme a Europa por primera vez, - “ Y Europa le gana a Brasil” -  pensaba yo. Pero lo que no sabía es que estaba a punto de abrir una puerta nueva en mi vida, y las puertas son para entrar o salir. Sin pensarlo entré y ahora no encuentro la salida, y no la quiero encontrar tampoco. El grupo anfitrión eran unos payasos “exquisitos” y muy talentosos que supuestamente no tenían mucha idea de improvisar, pero sí tenían un espectáculo masivo, emocionante y movilizador que nos puso a todos a llorar. Jogando No Quintal de inmediato se convirtió en nuestra compañía hermana, desde entonces nos hemos visto muchas veces más aquí y allá, hasta en Europa. Ahora Brasil le gana a Europa.

El primer día del encuentro fue asustador, dos payasos grandes, César Gouvea y Marcio Ballas, creadores de este increíble espectáculo, nos mostraron de qué se trataba el asunto, como si fuera algo muy simple para nosotros, nos mostraron un vídeo donde setecientas personas gritaban felices y votaban por un grupo de clown profesionales y muy graciosos. Al final del vídeo dijeron – “Bueno, mañana juegan ustedes” – evidentemente parecía un chiste, cómo íbamos a jugar si no éramos payasos. Luego entendí que ellos pensaban parecido, cómo habían llegado a crear un espectáculo de Impro si no eran improvisadores. Y jugué, no una, sino como doce veces desde entonces, aquí y allá. Durante los últimos seis años, cada que voy a Sao Paulo juego, hasta jugué en mi propia ciudad, en mi propio teatro, una locura, por eso siempre miro, me asusto y aprendo con Jogando No Quintal. Pero lo más bonito de todo es que sé que ellos aprendieron tanto de nosotros como nosotros de ellos. Nuestro trabajo en la construcción de historias y los formatos teatrales sedujo a los Jogando tanto que tampoco han encontrado la salida de la puerta a la que ingresaron aquel entonces.

Pero esto apenas fue el inicio, con Marcio y los demás Jogando comencé una amistad que me enseñó el significado de la palabra saudade, que en español ni siquiera existe. Con César se me abrió otra puerta que parecía más estrecha y peligrosa, pero muy seductora. Poco a poco, entre cachaca y aguardiente colombiano, terminamos provocando un nuevo encuentro para trabajar juntos. Así nació A Cocina, un espectáculo de teatro no terminado, loco, muy loco. Soñábamos con ser Dalí y Buñuel, queríamos cambiar el mundo, transformar el arte, detener el tiempo, pretendíamos crear la mejor pieza de teatro del mundo, y lo logramos.  Pero no teníamos un texto, no había una base, ni siquiera partimos de una buena idea. Así, en medio de la cerveza y la perdición, César y yo nos encontramos unas cuatro veces, aquí y allá. Hasta presentamos A Cocina dos veces, una aquí y otra allá. Pero al final explotamos, llegó la crisis, el miedo, la angustia, la distancia hizo de las suyas, la cultura de cada país foráneo se nos metió a la sangre, la comida colombiana hizo estragos en César, yo comencé a hastiarme de la cachaca, tanto encuentro, tanto sueño loco y tanta adrenalina junta nos obligó a parar, normal, cuando hay tanta energía algo tiene que fugarse, pero no por mucho tiempo.

Recuerdo que llegué a Brasil muy asustado, pensaba que sería muy difícil después de todo recuperar A Cocina. Desde que César me fue a buscar en el aeropuerto de Guarulhos, hasta que llegamos a su casa en el Club de Regatas Cotoxó, en su carro, esa mañana Paulistana, determinamos lo que sería nuestro futuro – “Vamos a montar otro espectáculo” -  dijimos, no importaba que lleváramos casi cuatro años trabajando tanto en el otro, era demasiado para nosotros, nos quedaron grandes los sueños, seamos sinceros, asumamos la verdad, no somos Dalí ni Buñuel, somos César y Gustavo, y entre los dos somos muchos humanitos, somos un payaso, un actor, dos improvisadores, un director, un dramaturgo, dos amigos, hermanos, socios, parceros, pasajeros. Eso es – “Hagamos algo pensando en lo que somos: pasajeros” – y no hablamos de ser pasajeros únicamente por viajar a Colombia o a Brasil una o dos veces al año, somos pasajeros porque habitamos y luego nos movilizamos, porque paseamos por la vida del otro, por la cultura del otro. Somos pasajeros de palabras, nos prestamos el idioma y creemos que lo hablamos, hasta creemos que lo escribimos, pero sabemos que no nos pertenece; somos pasajeros en el arte del otro, yo me paseo por el clown como me paseo por Vila Madalena cuando voy al Quintal de Criacao, como César se pasea por el parque del Poblado cuando va a acción Impro.

Así nació El Pasajero, pero sabíamos que no podíamos volver a lo mismo, que teníamos que centrar nuestros deseos, ya éramos vulnerables a la explosión, al caos. Así que nos cubrimos por un proyecto, Iberescena sacó su beca de coproducciones internacionales y nos la ganamos, esto nos exigía un resultado en un tiempo. Así que tuvimos que llamar a nuestros humanitos responsables, al director y al dramaturgo, a los productores, a nosotros mismos sin tanta cerveza, sin flu, sin pretensiones inhumanas, con la convicción de hablar sobre nosotros, de interpretar los personajes que somos todos por dentro, de jugar con narices falsas, de entrar en el mundo de la máscara y el payaso pero con una estructura dramática propia del teatro de texto. Nos embarcamos en un problema mayor, abrimos una puerta nueva dentro de un lugar en el que ya ninguno de los dos sabemos como salir.

El Pasajero se estrenó en la sala Crisantempo en Vila Madalena, se estrenó en Acción Impro por el parque del Poblado, y contrario a lo que queríamos, no está terminado y dudo mucho que se termine algún día, afortunadamente es una obra experimental, cada temporada sufre tantos cambios como nosotros durante el receso entre uno y otro encuentro. Y es que somos humanos y cambiamos de parecer, de ideas, de sueños, así cambia el pasajero, y eso es lo que más me gusta, que es un laberinto constante en el que ya no tengo la más mínima intención de salir. Es una viajem improvisada, como las nuestras, como la que haré en agosto cuando me vaya a vivir a Brasil.

Así es, después de tanto trabajo, de acostumbrar al cuerpo a estar aquí y allá, alguien debía decidir algo rotundo, no podíamos dejar que dos almas que se encuentran y se rencuentran, se separen otra vez, es un riesgo que la Impro ni nosotros nos podemos permitir. Pero mi país no le ofreció a César lo que me ofreció a mí Brasil, qué le vamos a hacer, ambos somos latinoamericanos pero uno de los dos está más sumido en la periferia, en esta vida me tocó a mí, así que mejor abro otra gran puerta, la de agosto, la que me obliga a abandonar mi grupo de doce años y me lanza solo pero más acompañado que nunca a un mundo que no tengo idea cómo es a pesar de conocerlo.

Ahora tenemos la intención clara de recuperar A Cocina, más grandes, más asustados y más motivados que nunca, César Gouvea y Gustavo Miranda tienen juntos mucho camino por recorrer y muchas puertas por abrir, aquí y allá.

Soy el pasajero, esta es parte de mi historia, el resto está por venir, con César, con Jogando, con Barbixas, con Lala, con Marcio, con Sabrina, con Edu, con Paulinha, con Nani, con Alan, con Eliza, con Getulio, con Ludimila, con Mauricio… con el resto de pasajeros que viajamos por la vida buscando un el mejor destino, aquí y allá. 


AQUI E LÁ


Em que momento um encontro muda sua vida? Eu posso responder. No momento justo quando duas almas velhas se reconhecem, e tenho todo o critério para ser romântico no que vou lhes contar. Há seis anos fiz uma viagem ao Brasil com minha companhia, Acción Impro da Colômbia, com a única pretensão de me divertir. Tratava-se de uma viagem curta, de quinze dias, antes de ir à Europa pela primeira vez - “E Europa é melhor do que Brasil” – eu pensava. Mas o que não sabia é que estava a ponto de abrir uma nova porta na minha vida, e as portas são para entrar ou sair. Sem pensar entrei, e agora não encontro a saída, e nem tampouco quero encontrá-la. Os anfitriões eram uns palhaços esquisitos, malucos e talentosíssimos que supostamente não tinham muita ideia de improvisar, mas tinham um espetáculo massivo, emocionante e mobilizador e incrível que nos colocou todos a chorar. Jogando No Quintal imediatamente virou nossa companhia irmã, e desde então a gente se encontrou muitas vezes mais, aqui e lá, até na Europa. “Agora Brasil é melhor do que Europa”.


O primeiro dia do encontro foi muito assustador, dois palhaços grandes, César Gouvêa e Marcio Ballas, criadores deste incrível espetáculo, nos ensinaram do que se tratava o assunto, como se fosse algo muito simples para nós, eles nos mostraram um vídeo em que setecentas pessoas gritavam felizes, como se estivessem numa partida de futebol, votando por times compostos de clowns profissionais, muito engraçados. Ao final do vídeo eles disseram - “Bom, amanhã vocês jogam” – aquilo parecia uma piada, como a gente ia jogar se não éramos palhaços? Depois entendi que eles pensavam parecido, como tinham chegado a criar um espetáculo de Impro sem ser improvisadores?

E joguei, não só uma vez, como umas doze vezes desde então, aqui e lá. Durante os últimos seis anos, sempre que vou para Sampa jogo, até joguei na minha própria cidade, no meu teatro, uma loucura! Eu sempre vejo, me assusto e aprendo muito com Jogando No Quintal. Mas, o mais bonito de tudo, é que sei que eles aprenderam tanto conosco, como nós aprendemos com eles. Nosso trabalho na construção de histórias e nos formatos longos e teatrais conquistou tanto os Jogandos, que eles ainda também não encontram a saída da porta que abriram naquele encontro.

Mas isto foi só o inicio, com Marcio e os outros Jogandos comecei uma amizade que me ensinou o significado da palavra “Saudade”, que em espanhol nem sequer existe. Com César abrimos outra porta que parecia mais difícil e perigosa, mais muito sedutora. Aos poucos, entre cachaça e aguardiente colombiano, terminamos provocando um novo encontro para trabalhar juntos. Assim nasceu A Cocina, um espetáculo de teatro ainda não acabado, louco, muito louco. Sonhávamos com ser Dali e Buñuel, queríamos mudar o mundo, transformar a arte, deter o tempo, pretendíamos criar a melhor peça do universo, e o conseguimos. Mas não tínhamos um texto, não havia uma base, nem sequer partimos de uma boa ideia. Assim, no meio da cerveja e da perdição, eu e César nos encontramos umas quatro vezes, aqui e lá. Até apresentamos A Cocina duas vezes, uma aqui e outra lá. Mas ao final explodimos, chegaram as crises, o medo, a angústia, a distância fez das suas, a cultura dos dois países se misturou e entrou no mais profundo do nosso corpo e da nossa alma, a comida colombiana fez estragos no César, eu comecei odiar a cachaça. Tanto encontro, tanto sonho louco e tanta adrenalina junta nos obrigou parar, normal, quando há tanta energia algo tem que sair, mas não foi por muito tempo.

Lembro que cheguei ao Brasil muito assustado, era minha viagem número cinco, pensava que seria muito difícil depois de tudo recuperar A Cocina. Desde que o César me buscou no aeroporto de Guarulhos, até que chegamos à sua casa no Clube de Regatas Cotoxó, em seu carro, naquela manhã paulistana, determinamos o que seria nosso futuro – “Vamos criar outro espetáculo” - dissemos, não importava que tivéssemos levado quase quatro anos trabalhando tanto em A Cocina, era muita coisa para nós, os sonhos nos ficaram grandes, sejamos sinceros, assumamos a verdade, não somos Dalí, nem Buñuel, somos César e Gustavo, e juntos somos muitos “humanitos”: somos um palhaço, um ator, dos improvisadores, um diretor, um dramaturgo, dois produtores, dois amigos, dois irmãos, sócios, parceiros, passageiros. É isso – “Temos que fazer o trabalho pensando no que somos: passageiros” - e não pelo fato de viajar para Colômbia ou para Brasil uma ou duas vezes por ano, somos passageiros porque habitamos e logo nos movimentamos, porque passeamos pela vida do outro, pela cultura do outro. Somos passageiros de palavras, emprestamos o idioma e acreditamos que o falamos, até acreditamos que o escrevemos, mas sabemos que ele não nos pertence; somos passageiros na arte do outro, eu caminho pelo mundo do clown como caminho pela Vila Madalena quando vou ao Quintal de Criação, como César caminha pelo Parque del Poblado quando vai para Acción Impro.

Assim nasceu El Pasajero, mas sabíamos que não podíamos fazer a mesma coisa, que tínhamos que centrar nossos desejos, já éramos vulneráveis à explosão, ao caos. Então nos apoiamos num projeto, Iberescena nos deu uma bolsa de coproduções internacionais que ganhamos, isto nos exigia um resultado num tempo determinado. Assim que tivemos que chamar a nossos humanitos responsáveis, ao diretor e ao dramaturgo, aos produtores, a nós mesmos sem tanta cerveja, sem ”flu”, sem pretensões inumanas, com a convicção de falar sobre nós, de interpretar os personagens que temos em nosso interior, de jogar com narizes falsos, de entrar no mundo da máscara e do palhaço, mas com uma estrutura dramática própria do teatro de texto. Embarcamos em um problema maior, abrimos uma nova porta num lugar onde nenhum dos dois sabemos como sair.

El Pasajero fez a estreia na sala Crisantempo, na Vila Madalena, e no Acción Impro no Parque del Poblado, e ao contrario do que queríamos, o espetáculo ainda não está acabado e duvido muito que acabe algum dia, afortunadamente é uma peça experimental, cada temporada tem tantas mudanças como a gente durante o tempo entre um e outro encontro. Somos humanos e mudamos de parecer, de ideias, de sonhos, assim muda também El Pasajero, e isto é o que eu mais gosto, este labirinto constante onde ficamos presos e não temos mais a mínima intenção de sair. É uma viagem improvisada, como a nossa, como aquela que farei em agosto quando vou morar no Brasil.

É assim, depois de tanto trabalho, de acostumar o corpo a estar aqui e lá, alguém tinha que decidir algo rotundo, não podíamos deixar que duas almas que se encontram e se reencontram, se separassem outra vez, isto é um risco que a Impro e nem nós podemos nos permitir.  Colômbia não ofereceu ao César o que é de César, aquilo que me deu o Brasil, nada a fazer, os dois somos latino americanos, mas eu estou mais sumido na periferia do que ele, Colômbia não tem as oportunidades de trabalho que tem Brasil. Eu fui o afortunado, então melhor abro eu outra grande porta, a porta de agosto que me obriga abandonar meu grupo de doze anos e me jogar sozinho, mas mais acompanhado que nunca, num mundo que desconheço apesar de conhecê-lo.

Agora temos a intenção clara de recuperar A Cocina, estamos mais grandes, com mais medo e mais motivados que nunca, César Gouvêa e Gustavo Miranda têm juntos muito caminho por percorrer e muitas portas por abrir, aqui e lá.

Eu sou el pasajero, esta é parte da minha história, o resto está por vir, com César, com Jogando, com Barbixas, com Marcio, com Lala, com Edu, com Paulinha, com Nani, com Sabrina, com Alan, com Eliza, com Ludmila, com Getulio, com Mauricio... com todos os passageiros que viajamos pela vida procurando um destino melhor, aqui e lá.