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jueves, 26 de enero de 2017

HAMBRE

Esse monólogo foi escrito e dirigido por mim e atuado pela minha parceira e amiga do Acción Impro, Catalina Hincapié. Foi estreado na Colômbia em janeiro de 2015. Deixo aqui dois trechos da última cena da peça.

Sinopse
A sua mãe a chamou Hera para que desde criança já não fosse ninguém, para que não tivesse nada, mas Hera tem muitas coisas: tem um trabalho de meio tempo num mercadinho de merda; tem um bebê com quem assiste filmes e séries de televisão; tem uma mãe que morreu enquanto amamentava ela; tem experiência em cuidar crianças porque foi baby sitter em Chicago e Bostom durante vários anos, tem muita vontade de voltar a sê-lo; tem um antecedente criminal nos Estados Unidos; tem um pai que a culpa e um irmão que a deseja. Hera tem hambre, com agá como seu nome, um hambre que não se mata com comida.

Leia um pequeno trecho da peça a continuação:

HERA
¿Por qué me miras así? Con esos cachetotes y esos ojotes. ¿Quieres conocer a tu tío papá? pues no, porque tu tío papá es un hombre malo, es un vicioso, un ladrón, un vagabundo y es muy peligroso, como esos de la televisión. ¿Te acuerdas de esa película que vimos el domingo? La del amiguito que la policía estaba buscando por malo, que se le comió el cerebro a otro amiguito ¿Te acuerdas? Así es tu tío papá, él no mata a la gente ni se la come, pero en el fondo es igual de malo. Si él te fuera a poner un nombre te llamaría Anibal, como el de la película. ¿Tú te quieres llamar Anibal? A mi ese nombre no me gusta, a mí no me gusta ningún nombre para ti. ¿Cómo se llama la mamá? ¿Ah? ¿Cómo se llama? … “Hera”, dilo, “Hera”… no me llames mamá que en algún momento me puedo morir y es mejor que te vayas acostumbrando a no llamar nunca a nadie de mamá, llámame Hera, como si ya no fuera nada.

Tú no eres muy buen mamador bebé, cuando estaba en Boston cuidaba a un niño un poquito mayor que tú, él sí era buen mamador. Cuando llevaba unos tres minutos mamando me mordía buscando la leche que no había. Entonces apretaba la cabeza del niño contra mi teta, lo apretaba fuerte, él comenzaba a llorar, yo le pedía que no parara de mamar y lo apretaba más fuerte, el niño seguía llorando y más me gustaba, entonces le mordía las piernitas, las mordía hasta que el niño gritaba…
No te pongas celoso bebé, a ellos nunca les di de mi leche (Pausa) No hubiera mordido al niño Hanson. Pero es que era tan cachetón, con esos ojitos azules, más azules que los de tu tío papá. Él lloraba diferente a todos los otros niños, yo estoy segura de que ese bebé disfrutaba de mis mordiscos. Pero no debí morderlo tanto. Todavía me acuerdo de esas piernitas gorditas, el olor a bebé, las lágrimas saladitas y luego... (Lo baña en vinagre).

Yo soy tu mamá y yo te quiero, no como al bebé Hanson, te quiero diferente. A él no lo bañaba en vinagre, no se me habría ocurrido en ese momento, contigo lo hago porque sé que debo contenerme, yo soy tu mamá y no te quise morder, no como al bebé Hanson, a ti te amo más, tu eres la ultima opción para el hambre de mamá. 

(...)

El día que mordí al bebé Hanson cambió todo. A partir de ahí no pude parar nunca. Luego vino otro bebé al que le di tanto amor que me le comí el piecito izquierdo, era todo gorducho, calientito. Me acuerdo de otro al que le dejé marcas en todo el cuerpo, los doctores dijeron que el perro se le había comido el 30 por ciento de la piel (Se ríe) eso lo supe por las noticias. Para entonces yo ya estaba en otra casa con otro bebé, pero con la misma hambre. Pero no es lo que estás pensando bebé, no es que mamá sea así como los amiguitos de The Walking Dead, es que existen muchos tipos de hambre. La de mamá es un hambre diferente, no se quita con comida, es un hambre muda, con H, como mi nombre. Sólo que ella siempre está, no como mi nombre que se fue desde que me lo pusieron.

Por qué será que casi siempre comienzo por las piernita izquierda..., debe ser algo político, no sé, yo no entiendo de política, no me desconcentres.
A mí me encantan los comerciales de cremitas de bebé porque lo antojan a uno de nalguita.
A veces se me desmayaban, me da una rabia cuando eso pasa, como al bebé Hanson, pobrecito, tan lindo. Claro que cuando lloran sin parar prefiero ir directo a los cachetes, morder cachetes es lo mejor. Casi siempre lo dejo de último.
Ese huequito que queda debajo del ojo cuando la piel sale me produce un cierto sentimiento de culpabilidad, especialmente cuando no para de sangrar o cuando queda un pedacito colgando, eso no me gusta. Es que ya el niño no se ve tan tierno, ya no provoca nada sin cachetes, por eso deben ser la última parte, porque los cachetes definitivamente son la imagen del deseo ¿Te gustó esa frase bebé? Mamá podría escribir un libro ¿No crees? La imagen del deseo.
Ese otro niño, el de los Petersen, era un debilucho, te juro que apenas llevaba seis o siete mordiscos, nada tan profundo, el problema fue que me ensañé en la nariz, me impresionó tanto que lo dejé acostado y lo contemplé por varios minutos viendo cómo se ahogaba con su propia sangre. Yo sé lo que es eso. O sea, yo no lo maté, la propia sangre siempre termina ahogándolo a uno.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho. Muy ácido. no sé porque pero toda vez que leyo 'bebe Hanson' yo me pongo a reir! Todo el texto és muy gracioso y espantoso! ajajaja

    y defitibamente los cachetes son la imagen del deseo. ajajjaa

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